En esta inmensidad donde unas pocas edificaciones le dan aquel paisaje parecido a una civilización. Civilización de un solo individuo o de transeúntes ocasionales. Donde siempre está ella, la soledad. Donde los minutos parecen horas o parecen segundos. Es todo tan relativo, tan cambiante; como el clima, como uno.
En esta inmensidad donde los pensamientos se dan cita, a veces la mente se aclara, a veces se alborota. En esta inmensidad donde se admira la nada, se admira un todo.
En esta inmensidad somos, a veces, ese punto.
Hermoso poema en prosa. Un saludo
ResponderBorrarTodavía nos queda saber si somos un punto final o un punto y seguido.
ResponderBorrarSaludos,
J.